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Lilith
Una cuasi rubia, capaz de morir de un ataque de pensamiento. Me encanta leer, amo los libros. Incapaz de dejarse guiar por lo conveniente y por la lógica. Fantaseadora nata.Soy gallito de pelea, de larga y mortal espuela. Y el dulce esta guardado, por pudor tal vez, no se. Contradictoria. Y de humor... ácido...
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5/1/12


Nuevo año. Estoy viva. Otra etapa. Nueva o no, pero si diferente. Un comienzo. Una sonrisa. 


Herman Hesse- Stages.

Como toda floración marchita, y toda juventud 

con la edad decae, así florece cada etapa de la vida, 
florece cada sabiduría y cada virtud 
a su tiempo, y no debe durar eternamente. 
El corazón, a cada llamada de la vida, 
debe estar presto a la despedida y recomienzo, 
para entregarse con valor, sin luto, 
a otras nuevas ligazones. 
Cada comenzar está lleno de un encanto 
que nos protege y nos ayuda a vivir. 
Hemos de atravesar alegres espacio tras espacio, 
no depender de hogar alguno, 
el espíritu del mundo no quiere atarnos ni angostarnos, 
quiere levantarnos peldaño tras peldaño, ampliarnos. 
Apenas nos aclimatamos a un círculo de vida, 
y nos acostumbramos confiadamente, cuando ya amenaza el adormecimiento, 
solamente el que está preparado al rompimiento y al viaje puede escapar del paralizador acostumbrarse. 
Quizá todavía la hora de la muerte 
nos envíe espacios nuevos, 
nunca tendrá fin en nosotros la llamada de la vida... 
¡Bien, pues, corazón, despiértate y sana!

2 comentarios:

Ana. dijo...

Me encanta!! Es positiva y esperanzadora. Ha sido una placer leerla. Gracias por ponerla, no la conocía y es maravillosa.

Besos y felices Reyes Magos. Que te echen exactamente lo que deseabas y lo disfrutes con toda la alegría que cabía en tu corazón cuando eras una niña y esperabas con impaciencia que amaneciera para correr a ver tus regales. Y para el domingo otro te aguardará, no sabemos de quién, no sabemos qué título, pero será lindo descubrirlo!!!!

Lilith dijo...

He tenido la fortuna de algunos regalos inesperados que me han encantado.
Espero el domingo con una sonrisa ilusionada, por el regalo de vuestra compañía, y con la impaciencia de la niñez que se volvía más intensa cuando más se acercaba el momento.
Un beso enorme.